Ensayos

Wilde, cansado del periodismo, se ocupó de ordenar sus ideas estéticas, en una serie de piezas de larga prosa que fueron publicadas en los mayores diarios literario-intelectuales del día. «La decadencia de la mentira: Un diálogo» estuvo en la Eclectic Magazine en febrero de 1889 y «Pluma, lápiz y veneno»; una satírica biografía de Thomas Wainewright, fue publicada más tarde ese mismo año por su amigo Frank Harris; editor del Fortnightly Review.​

Dos de los cuatro escritos de Wilde sobre estética son diálogos. Siempre sobresalió por su ingenio, y su narrativa; cuando escribía frases que ya había creado, éstas, formaban un trabajo coherente.​

Wilde estuvo preocupado por el efecto de la moralización en el arte, desde que creía en el poder redentor del desarrollo del arte, «El arte es el individualismo, y el individualismo es una fuerza perturbadora y de desintegración. Ahí está su inmenso valor.

Por lo que se busca es alterar la monotonía del tipo, la esclavitud de la indumentaria, la tiranía de la costumbre, y la reducción del hombre al nivel de una máquina».